Presidenta de ONPE pide aL Congreso aprueben la ley.
A raíz de las suspicacias que se vienen expresando abiertamente, y sin pruebas, contra el trabajo de la ONPE, que demoró mucho en dar los resultados finales de las últimas elecciones, congresistas, periodistas y los expertos de siempre piden ahora a gritos la instauración de la votación electrónica en nuestro país.
Como si nos hubieran tocado una herida, reaccionamos inmediatamente, sin reflexionar ni observar lo que ocurre en otras latitudes. Son muy pocos los países que han implementado este sistema de elección y no es porque en esos lugares la gente ignore los adelantos tecnológicos o no esté enterada, sino todo lo contrario. En muchos países han visto que la emisión de un voto que puede desaparecer en el aire, sin que quede registro de él más que en una caja hermética, tiene más inconvenientes que beneficios.
Hoy la bancada del Partido Nacionalista exige la implementación del voto electrónico, y ya hay medios periodísticos dispuestos a bombardear con sus portadas a la opinión pública.
La jefa de la ONPE, Magdalena Chu, reiteró su pedido al Congreso para que se pueda poner en agenda el debate del proyecto de ley en ese sentido. Recordó que en el 2005 se aprobó la ley que autoriza a la ONPE el inicio del voto electrónico de forma gradual, pero señaló que no se ha podido hacer efectivo por el Reglamento, que fue observado por el Ejecutivo y lo devolvió al Congreso. “De ser aprobado en las próximas sesiones del pleno, podríamos implementarlo para las elecciones generales del 2011, aunque de forma gradual”, explicó.
Aunque este propuesta se aprobó durante el gobierno de Alejandro Toledo, fue observada el 21 de octubre del 2009 por el presidente Alan García y Javier Velásquez Quesquén, señalando que “la implementación del voto electrónico en el país restaría la participación activa y directa de los partidos y movimientos políticos en la transparencia de los comicios, a través de la presencia de los personeros, lo que podría afectar la legitimidad de estos, fundamentalmente por no poder presenciar y fiscalizar el conteo físico de votos”.
Quienes buscan presionar para lograr que se instaure este sistema se valen de esta observación para afirmar que es el Apra el que se opone. Pero el argumento del Ejecutivo tiene mucho asidero. Los sistemas de voto electrónico pueden ofrecer ventajas comparativas con relación a otras técnicas de votación, básicamente por la rapidez en la obtención de los resultados finales, pero existen desventajas potenciales, incluyendo la posibilidad de fallas o debilidades en cualquier componente electrónico.
Una democracia débil como la peruana no está preparada para una votación que sólo se está usando en algunos países de la órbita británica, en donde la democracia tiene siglos de vida, como Canadá y Suiza, además del Reino Unido.
En Estados Unidos sólo se utiliza para las elecciones internas de los partidos políticos.
Además de esos países, sólo en Latinoamérica, se está instaurando en países como Brasil, Venezuela, Colombia y Paraguay, en tanto que en Uruguay, Ecuador y Bolivia se encuentra en fase piloto.
Todo parece marchar bien, pero no olvidemos que Latinoamérica es una región en donde las desigualdades sociales y económicas son las más grandes del mundo. Por ahora, se encuentra tranquila, por el “boom” de los negocios que se vive en todo el mundo, pero habría que ver qué pasará con las votaciones electrónicas cuando vuelvan los tiempos de ajuste económico. Charles Stewart, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, descubrió que en el 2004 se contaron 1 millón de votos más que en el 2000 porque las máquinas electrónicas detectaron votos que las máquinas basadas en papel no habían detectado.
En mayo del 2004, la Oficina de Responsabilidad Gubernamental de los Estados Unidos emitió un informe titulado "El voto electrónico ofrece oportunidades y presenta desafíos", analizando tanto los beneficios como las preocupaciones creados por el voto electrónico.
Un segundo informe fue emitido en septiembre del 2005, detallando algunas de las preocupaciones respecto del voto electrónico y mejoras alcanzadas, titulado "Están en marcha esfuerzos federales para mejorar la seguridad y confiabilidad de los sistemas de voto electrónico, pero se necesita completar actividades claves".
Se ha demostrado que a medida que los sistemas de votación se hacen más complejos e incluyen software, se hacen posibles el fraude electoral, la adulteración física de las máquinas de votar o diferentes métodos de fraude electoral.
Otros también ponen en cuestión el uso del voto electrónico desde un punto de vista teórico, sosteniendo que los seres humanos no están equipados para verificar operaciones que suceden en el funcionamiento de una máquina electrónica y que a causa de que la gente no puede verificar estas operaciones, no se puede confiar en las mismas.
Un sentido mínimo de prudencia nos dice que no debemos poner en marcha algo de lo que luego podemos arrepentirnos. El comprador que se respeta a sí mismo no adquiere lo primero que le ofrecen. El argumento de modernidad no es suficiente. Recordemos que fuimos de los pocos países que, con el cuento de la economía y la tecnología, compramos el césped artificial para nuestros estadios, cuando casi en ningún país lo usaban en sus grandes escenarios deportivos.
Hoy estamos pidiendo retornar al grass natural porque, sencillamente, el plástico en los terrenos no es adecuado para la práctica deportiva.
La prudencia nos dice que no podemos emplear un sistema que no nos garantiza que una elección respetará la voluntad del ciudadano. Por una vez, hagamos caso a lo que nos dice nuestro sentido común.